El épico viaje oceánico de Túpac Yupanqui

Túpac Yupanqui, hijo de Pachacútec, el gran desconocido de la antigüedad peruana. A él debe el Perú gran parte de sus fronteras. Fue el mayor conquistador que haya producido el Tawantinsuyo. Este noble quechua quechuizó naciones.


Cuando el explorador y escritor español Pedro Sarmiento de Gamboa empezó a escribir sus crónicas, habían pasado solo 40 años después de la conquista del Perú y aún permanecía en la memoria colectiva la gran hazaña del Auqui (hijo del inca) Túpac Yupanqui, quien organizó una flota de las más impresionantes que se vieron en las costas sudamericanas, en su afán de conquistar nuevas tierras (Oceanía). En sus crónicas, Sarmiento narra cómo, con una flota impresionante en número de hombres y balsas, el hijo del Inca emperador Pachacútec partió hacia la lejana Polinesia, descubriendo unas islas a las que llamó Awachumbi y Ninachumbi.



Sarmiento de Gamboa cuenta en su crónica que: "Andando Topa Inga Yupanqui conquistando la costa de Manta y la isla de la Puná y Túmbez, aportaron allí unos mercaderes que habían venido por la mar desde el poniente en balsas, navegando a vela. De los cuales se informó de la tierra de donde venían, que eran unas islas, llamadas una Awachumbi y otra Ninachumbi, adonde había mucha gente y oro. Y como Topa Inga era de ánimos y pensamientos altos y no se contentaba con lo que en tierra había conquistado, determinó tentar la feliz ventura que le ayudaba por la mar... y... se determinó ir allá. Y para esto hizo una numerosísima cantidad de balsas, en que embarcó más de veinte mil soldados escogidos". Y concluye la crónica: "Navegó Topa Inga y fue y descubrió las islas Awachumbi y Ninachumbi, y volvió de allá, de donde trajo gente negra y mucho oro y una silla de latón y un pellejo y quijadas de caballo...".


El hecho es tan inusitado que Sarmiento se ve obligado a explicar: "Hago instancia en esto, porque a los que supieren algo de Indias les parecerá un caso extraño y dificultoso de creer".



En su libro "Túpac Yupanqui: Descubridor de Oceanía", el historiador peruano José Antonio del Busto nos cuenta con más detalles esta fascinante hazaña, resaltando que no fue solo Sarmiento quien escribió acerca de estos viajes hechos por el entonces "príncipe heredero Inca", sino que también existen crónicas de Martín de Murúa y Miguel Cabello de Balboa que hacen mención a ello.


Según las investigaciones, incluso hoy en día, en la isla de Mangareva (localizada en la Polinesia), que fue llamada por Túpac Yupanqui como Awachumbi, se conserva la leyenda del Rey Tupa, quien viniera de un lejano país situado al oriente con la intención de instruir a la gente de la isla que aún se encontraba en la Edad de Piedra y pre-textil. Existe también en la isla el Estrecho de Tupa, llamado así porque según la leyenda, fue por ahí donde llegó a la isla el misterioso personaje y su espectacular comitiva. Además, en esta isla de Oceanía hay una danza llamada "La danza de Tupa" que conmemora su feliz desembarco, un acontecimiento imborrable ya conservado a través de la leyenda en la memoria de los mangarevanos. Cabe resaltar que Mangareva hoy en día es la única ínsula oceaniana con balsas de vela y otras características que recuerdan mucho a las embarcaciones de totora que se ven en las costas peruanas o en las del Lago Titicaca.



Otro enclave en la Polinesia a destacar en esta travesía del llamado "Inca Navegante" es la Isla de Pascua, que también nos depara varias sorpresas. Allí se encuentra el no muy conocido Templo de Vinapú, de innegable arquitectura incaica con un tallado exactamente igual al de las calles cusqueñas en las épocas de Pachacútec y su hijo Túpac Yupanqui. Cuenta el historiador José Antonio del Busto: "Tomé varias fotografías de ese lugar (en la Isla de Pascua) y después las traje al Perú para enseñárselas a mis amigos arqueólogos, y todos me decían: '¡Sí, esto es inca! Pero, ¿dónde has tomado estas fotografías que tienen el mar atrás?', entonces les expliqué, 'esto es Pascua, es la Isla de Pascua', ante su asombro". Para varios, prueba irrefutable de la presencia incaica en la isla.


Pero no es lo único. También hay evidencia de un vínculo de raza andina entre la población nativa de la isla. Es un bolsón andino que, si atendemos escritos posteriores, hablaba el quechua o runasimi. Finalmente, como nota romántica y nostálgica, se recuerda la leyenda de la dulce Uho, doncella raptada por una mancha de quelonios marinos que la llevó, navegando, al país donde nace el astro rey. Este país, cosa notable, estaba protegido por un banco de neblina. Por eso la doncella Uho se alarma, se asusta y teme adentrarse en una creciente oscuridad. Y le dice a su amado, un "príncipe" amo de la tortuga mayor, entiéndase de la balsa real con su caseta, pues las tortugas viajan como las balsas, con su casa a cuestas:


"Es oscura como la noche esta tierra, esposo mío, Mahuna-te-Ra’a. Mi tierra es luminosa y clara, por eso mis ojos la buscan con anhelo, esposo mío, Mahuna-te-Ra’a..."


El "príncipe", quien está llamado a ser monarca en su país, no se llama Tupa o Túpac, pero se nombra Mahuna-te-Ra’a, un nombre exótico que para sorpresa nuestra se traduce como Hijo del Sol. La leyenda hace a Uho reina al lado de su regio esposo, pero es del caso entender que nunca llegó a Coya, pues su destino sería ser Pihui, esposa secundaria, o Shipacoya, concubina... Hoy en la Isla de Pascua, acaso desde entonces, se denomina "tupa" a las torrecillas de piedra desde las cuales se espera y avista la llegada anual de las tortugas.


MURO INCA EN LA ISLA DE PASCUA


Por supuesto que cuando empezaron hace muchos años las primeras investigaciones acerca de los viajes de Túpac Yupanqui, muchos dijeron que era una locura, que con la tecnología de la época de los Incas era imposible hacer semejante viaje. Fue ahí cuando el explorador noruego Thor Heyerdahl decidió acabar con el debate sobre si era o no posible hacerlo. Organizó la llamada exploración Kon-Tiki (nombre tomado del dios solar de los Incas, Wiracocha, de quien se decía que antiguamente había llevado el nombre de "Kon-Tiki"), la cual consistía en demostrar que la travesía desde las costas del Perú hasta la Polinesia era posible usando la misma tecnología de la época con balsas idénticas a las usadas durante la expedición y movidas únicamente por las mareas, las corrientes y la fuerza del viento, que es casi constante, en dirección este-oeste, a lo largo de la línea ecuatorial. La travesía comenzó el 28 de abril de 1947. Heyerdahl y otros cinco integrantes viajaron durante 101 días a lo largo de casi 7,000 km por el océano Pacífico, hasta llegar a un arrecife en el atolón de Raroia, en las islas Tuamotu, el 7 de agosto de 1947. Toda la tripulación llegó a tierra sana y salva. La conclusión del prestigioso explorador noruego era clara: pensar que Túpac Yupanqui pudo haber llegado desde las costas de Sudamérica hasta la Polinesia era una empresa totalmente factible para la época.



Ese fue Túpac Yupanqui, hijo de Pachacútec, el gran desconocido de la antigüedad peruana. A él debe el Perú gran parte de sus fronteras. Casi todo el territorio que hoy es nuestro lo conquistó él. Fue el mayor conquistador que haya producido la raza cobriza en América. Hizo dos campañas al Chinchaysuyo (norte), dos al Collasuyo (sur), dos al Antisuyo (este) y dos al Contisuyo (oeste). De todas tornó victorioso. Cruzó dos veces la línea ecuatorial y cuatro el Trópico de Capricornio. La verdad es que el quechua conquistó bastante más que el macedonio. Quechuizó naciones. Gran conquistador, hoy lo descubrimos como gran navegante. Atravesó el Pacífico de lado a lado y dejó huellas fehacientes para que el mundo lo reconozca como el gran "Inca Navegante", Conquistador del Ande, Señor de los Cuatro Suyos y explorador de Oceanía.


Datos

  • Existe un mural en honor al Inca Tupac Yupanqui en la Escuela de Oficiales de la Marina de Guerra del Perú (Pabellón Grau).
  • El “Inca navegante” aparece en el mascarón de proa del Buque Escuela "Unión". En la imagen, el Inca Tupac Yupanqui, el “Inca navegante”, rompe las olas mientras toca al dios Sol Wiracocha que se encuentra arriba.

En el siguiente vídeo, puedes ver una entrevista con el historiador peruano José Antonio del Busto, quien revela detalles de sus investigaciones.



Fuente: 

  • Pachakutiq Qhapaq Apu

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